sábado, 11 de febrero de 2012

Que por qué escribo este blog...

Porque trato una materia fascinante: una lengua es algo vivo, es el producto y el reflejo de la vida, del pensamiento, de la cultura y - ¿por qué no decirlo? - del "día con día" de las personas que la hablan. Como tal, cambia y se adapta con una velocidad insospechada: suficiente pensar en el neo-verbo "goglear" (confieso que me sigue dando erisipela, pero ya me adaptaré...).
Por otra parte - y para sorpresa de algunos, me imagino - una lengua es lógica. Tan lógica como las matemáticas: es la comunicación del pensamiento, y sus modos y signos son convenciones que permiten al lector entender el significado y los matices del mensaje.  Por supuesto, se exceptúa el arte, que participa de otros cánones....

Mi intención es ofrecer algunos consejos prácticos y puntuales para escribir, derivados de tanto corregir (y a veces reescribir) libros, ensayos, novelas y hasta publicidad.

Claro está, hay miles de publicaciones eruditas y exhaustivas sobre esto mismo: he leído muchas y me he dormido sobre otras tantas. Y ese es el problema: a veces uno sólo quiere que le digan, rápidamente y sin rodeos, cómo expresar una idea o dónde diablos poner una coma. En la búsqueda dice muchas groserías porque mientras tanto se le fue la idea.

Así que "Malhablados... pero bien escritos" abre también un espacio de diálogo, consulta y comentario, donde hasta las palabrotas tienen buena ortografía.




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